Numerosos importadores alemanes importan joyas o relojes de China. Se trata de relojes de marca propia, pero también de relojes con fines comerciales, por ejemplo, con publicidad impresa. Pero la bisutería para tiendas de recuerdos con producción en China también es muy popular en Europa. La ventaja, por supuesto, es que el importador puede hacer uso de una logística bastante favorable para la joyería, la mayoría de los envíos pueden enviarse por flete aéreo debido al escaso volumen, y además el importador o comerciante no necesita mucho espacio de almacenamiento en Alemania.

Agentur Frisch apoya a numerosas empresas alemanas en la importación de joyas y relojes de China, desde las consultas iniciales hasta la entrega de los productos.

 

Hace tiempo que no es ningún secreto que China es uno de los mayores consumidores de joyas del mundo. Para ser precisos, ocupa el segundo lugar e incluso ha superado a Estados Unidos en los últimos años. Como la economía ha crecido constantemente en los últimos 30 años, la renta media de los ciudadanos también ha aumentado. Eso significa más ingresos, más dinero; más dinero, más artículos de lujo; más artículos de lujo, más joyas. China se ha dado cuenta muy pronto de que las joyas ofrecen un tipo diferente de inversión, un tipo diferente de riqueza. Sin embargo, también hay que mencionar que China cuenta con una cultura de 3000 años de antigüedad, que también incluye la producción de joyas. No hay que olvidar la piedra preciosa verde jade, de la que aún hoy se fabrican muchos objetos pequeños y grandes, a menudo religiosos. En China, la mitad de los artículos de lujo se compran en Asia y un tercio en Europa. A los consumidores chinos adinerados les encanta demostrar su opulencia con artículos de lujo como joyas y relojes caros. A los interesados no les sorprenderá que China se haya convertido en el primer fabricante de joyas del mundo y que, por tanto, sea competitiva en el mercado económico mundial. Desde 1980, la ciudad china de Shenzhen ha pasado de ser un pobre pueblo pesquero a una moderna metrópolis. En la actualidad, Shenzhen es uno de los centros económicos más importantes (también en línea), así como el núcleo de la industria china de piedras preciosas y joyas. Shenzhen sigue considerándose la cuna de muchas empresas de nueva creación y el mayor fabricante de joyas de China. En 2014, tras tres años de preparación, se estableció el «Índice de Joyería de China». Es la primera vez en la historia de China que se dispone de una base de datos nacional con información exhaustiva sobre la industria china de piedras preciosas y joyas. Como hito del desarrollo empresarial, el CJI (China Jewelry Index) cuenta con el pleno apoyo del gobierno local de Shenzhen y con el respaldo intelectual de la Asociación de Comercio de Gemas y Joyas de China. El Centro de Intercambio de Joyería de Shenzhen es una operación a gran escala que ha ayudado a la ciudad a lograr un rápido crecimiento económico. La tasa de crecimiento del PIB entre 2013 y 2014 fue del 8,8%, superior a la tasa de crecimiento global de China en su conjunto. Este rápido crecimiento atrajo a nuevos inmigrantes nacionales y extranjeros. Desde los años 80, la población total de Shenzhen se ha multiplicado de 30.000 a 18 millones. En Shenzhen hay más de 3.600 empresas de joyería registradas, más de 5.000 minoristas con licencia y 29 centros de intercambio de piedras preciosas y joyas. La industria emplea a más de 150.000 personas. Las tiendas de los centros de intercambio suelen vender joyas de oro, jade, piedras preciosas de colores y diamantes. A mayoristas y minoristas les resulta fácil encontrar lo que buscan y la oferta es infinita. Enzo es probablemente uno de los joyeros más grandes y conocidos de China en todo el mundo. Esta empresa compra piedras preciosas en todo el mundo, las talla y pule y luego las revende al por mayor o al por menor, ya sea como joyas o como piedras sueltas. Enzo comercia con más de 100 piedras preciosas diferentes y siempre organiza ferias y exposiciones que atraen a mayoristas y minoristas de todo el mundo. Lorenzo es otro joyero más notable de Shenzhen. Además de la venta internacional al por mayor y al por menor, Lorenzo también tiene negocios con Enzo. Sin embargo, esto sólo se refiere a la venta al por menor de turmalina. Lorenzo obtiene la mayor parte de sus materias primas directamente de las minas o en el mercado libre. Todas las materias primas van primero a Hong Kong, donde se catalogan y almacenan. Como Shenzhen es una zona de libre comercio, puede abastecerse de piedras preciosas directamente desde Hong Kong sin tener que pagar más aranceles ni impuestos por ellas, lo que repercute positivamente en el precio de compra a mayoristas y minoristas, así como al consumidor final.

La producción en serie de Lorenzo comienza con la clasificación de las piedras y el control de calidad para ofrecer siempre la misma alta calidad a los futuros clientes. (Sólo como apunte, el ojo entrenado no necesita más de un segundo, por piedra, para decidir la calidad de un diamante). No es exclusivamente la zona franca lo que hace que los precios de las joyas sean tan atractivos para compradores de todo tipo. Gracias a las enormes cantidades de piedras preciosas y oro que China necesita para la producción de joyas, puede comprar en todo el mundo a precios al por mayor. En cuanto al oro, China se especializa en el de 24 quilates, considerado el más puro de todos. El tiempo es oro, y eso es aplicable a China.

Relojes de China
La industria relojera en China no se limita a la producción de relojes, sino a una variedad de instrumentos del tiempo y sus accesorios, como muelles, esferas, agujas o movimientos completos de relojes. A un rico hombre de negocios chino le gusta mostrar su estatus con un reloj a juego. Por eso no es de extrañar que China sea un mercado mundial para los relojes de marca. Se puede acceder a ella en casi todas partes, tanto al por mayor como al por menor, en línea o mediante compra directa. El mercado chino de relojes sigue siendo interesante para los fabricantes extranjeros (por nombrar sólo dos: Apple y relojes suizos), a pesar de las normativas gubernamentales más estrictas que han restringido en cierta medida las exportaciones de relojes desde China. La tendencia, sin embargo, se ha desplazado hacia la captación de una clientela cada vez más numerosa, en lugar de vender relojes cada vez más caros y complicados.